Hace dos años un amigo se abrió su perfil de Facebook a regañadientes para cumplir una tarea de la Universidad. Indignado decía que lo odiaba y que sólo lo tenía porque el profesor los obligaba a subir los trabajos por ahí. Sólo tenía de “amigos” a los compañeros del curso y no interactuaba con nadie, es decir era una especie de Grinch tecnológico que se resistía a caer en las atractivas manos de la interconectividad.
Seis meses después terminó el curso y ¡oh sorpresa! no cerró su tan odiado perfil y su red de “amigos” comenzó a crecer, así como sus intervenciones virtuales. Hoy este Grinch se ha convertido en un fiel seguidor de la red, publica algo todos los días, sube fotos y videos, sigue ampliando su red de “amigos” y aprovecha cada momento libre para revisar su perfil.
Primera conclusión
Perder un gato puede ser más fácil que negarse a Facebook, aunque no lo quieran van a terminar sucumbiendo a la red.
Pero, ¿es Facebook un medio de relaciones masivas o de relaciones personales? Bueno, un poco de ambas. Por un lado, diversifica las relaciones, amplía las redes de socialización y nos conecta con personas que podemos tener años de no ver. Por otra parte, aumenta la cercanía de las relaciones que ya existen y que se han mantenido fuertes a través de los años. Como dice una amiga, se comparten los momentos importantes digitalmente.
Sin embargo, hay una desvalorización de la cercanía entre las relaciones sociales. Probablemente de los 400 “amigos” que uno puede tener en la red sólo un 20% son personas con las que de verdad se mantiene una relación y de las que no necesitamos que Facebook nos diga algo tan básico como cuándo cumplen años. Pero probablemente si no tuviéramos un espacio de contacto constante, aunque sea digital, esas relaciones no serían ni la mitad de lo intensas que son.
¿Ya son fanáticos?
Hagamos un ejercicio mental. Pensemos en nuestra rutina diaria. Nos levantamos, nos alistamos y nos vamos al trabajo. Llegamos y prendemos la computadora y ¡uy tentación! Abrimos Facebook, hacemos un mapeo general, vemos actualizaciones, posteamos algo y antes de que venga el jefe lo cerramos. Llega el medio día y nos vemos tentados de otra vez pero en la mayoría de los casos el hambre gana. Sigue la tarde y para matar el rato nos volvemos a meter para ver qué hay de nuevo. Al fin nos vamos para la casa, y como si no lo fuera suficiente, nos volvemos a meter ya con más calma. ¿Le suena conocido?
Segunda conclusión: el fenómeno es tan fuerte que ha trascendido más allá de la moda, se ha vuelto parte de la rutina diaria de 10.000 millones de personas en el mundo.
Entonces, ¿es Facebook bueno o malo? Depende de su uso y depende de la fortaleza de cada persona de no permitir que se vuelva adicción. Fuera de eso, puede ser una excelente herramienta de comunicación, donde los valores periodísticos de actualidad, cercanía e inmediatez son el pan de cada día de la red.
Sin duda Facebook se ha convertido también en un motor de movilidad social y en un elemento clave para el periodismo actual, porque si bien no podemos decir que es un nuevo medio, sí es una herramienta clave para la retroalimentación y la generación de noticias.
Tercera conclusión: las redes sociales son un mal creado y lamentablemente, muy necesario, por lo menos para los profesionales de la comunicación.
Yo diría que un 10% es la cantidad efectiva de amigos, jaja
ResponderEliminarMe encantó el post, súper fresco y UN GRAN PLUS: ortografía impecable!! =)